El Curiquingue
Cuenta la leyenda que dos niños fueron hacia las colinas del Pichincha a emprender una aventura, atravesaron bosques, pequeñas colinas, los rodearon gorriones, quindes, tórtolas y otras avecillas
Los niños alegres conversaban y en el camino coleccionaban plantas, escuchaban voces misteriosas desde las fuentes cuando arrojaban pequeñas piedras
De repente un ermitaño amablemente les invitó a recorrer algunos sitios y les contaba sobre el curiquingue, cuyas alas rozan los riscos y se alimenta de insectos y animales pequeños
El curiquingue es un ave sagrada de los incas, de color pardo y manchado de amarillo, vuela por los valles y sus alas agitan los árboles, es un ave del sol, milenaria, que deja su mensaje en medio de las chizas humeantes
Mientras hablaban el curiquingue voló sobre ellos en círculos suaves, surcaba los cerros y planeaba en el fondo azul de los arroyos.
Los niños bajaron su vista y el ermitaño ya no estaba, regresaron emocionados y en su mente estaba impregnada la imagen de tan majestuosa ave, con sus plumas brillantes que enriquecen las regiones de Quito
Fuente: LEYENDAS Y TRADICIONES QUITEÑAS – Oswaldo Rivera Villavicencio
