Imbabura y Cotacachi
Cuenta la leyenda que Imbabura era grande y viejo y cubría su cabeza blanca con un inmenso sombrero. su deber es vigilar a los hombres, animales, árboles, piedras, ríos y vientos desde las alturas.
Tiempo atrás, cuando era joven, el cerro vivía perdidamente enamorado de Cotacachi, una linda montaña que había crecido frente a él, por mucho tiempo no tuvo el valor de hablarle.
Hasta que un día soleado, con el aire revolviendo el olor de la tierra sembrada, se presentó delante de ella y le pidió que fueran novios.
Cotacachi hizo temblar sus quebradas por la emoción y contesto que sí, cada vez que el taita visitaba a su novia se mezclaban las nieves de sus cumbres, cuentan que el viento que se levanta al anochecer son los besos de buenas noches que se envían los enamorados
Con el tiempo, los dos cerros se unieron en matrimonio y nació un hijo al cual llamaron Yanaurcu, todos ellos son los protectores de las lagunas que están a su alrededor. En ellas, el pueblo imbaya realiza ofrendas de agradecimiento por las buenas cosechas y les piden que continúen protegiéndolos
Taita Imbabura es hoy muy anciano, se la pasa con la cumbre cubierta de nubes para aliviar sus dolores de cabeza y las molestias en las espaldas rocosas
Fuente: Historias de volcanes. Leyendas de Ecuador.
