QuitoEn360 | 02/08/2021 | 0 Comments

La Ronda

Los historiadores afirman que La Ronda se levantó sobre las ruinas prehistóricas de los Quitus y al pie del Yavirac o Hijuelo Sentado.

Los españoles la acoplaron a sus intereses urbanísticos; por esto, La Ronda viene de «rondar o dar las vueltas alrededor de una cosa vigilándola».

Proviene también del «viejo término castellano o espacio que hay entre la parte interior del muro y las casas de la ciudad, villa o fortaleza».

Los indígenas llamaron al sector Ullaguanga-huayco o río de los gallinazos que descendía de la Chorrera (Jatuna) del Pichincha designada con el nombre de Jerusalén, quebrada que fuera rellenada después.

Antes debió ser un gran arroyo para uso doméstico y lugar en donde lavaban sus ropas los indígenas. Más tarde, se denominó La Ronda hasta cuando el presidente García Moreno construyó el puente de los gallinazos para que por ahí pase la carretera nacional.

Esta calle, además, adquirió importancia porque ser vía para el traslado de los enfermos del sur que ingresaban al Hospital de la Misericordia.La Ronda fue calle de tradicional bohemia, serenatas y de poetas que en ella habitaban o asistían a declamar o leer sus composiciones poéticas, ofreciéndolas a bellas mujeres. Surgía el desvelo, la evocación y la variedad inagotable del amor y el humorismo quiteño.

El sol de La Rondadora las casas, se ennegrece la piedra, corre el agua que llueve, pasan las nubes por el horizonte y después el cielo se alegra.

Sus habitantes laboriosos y los turistas sienten el sol teñido de rojo,
embrujado como un juglar observador que alcanza la reverencia agradecida de La Ronda, llevándose el sol de la Mitad del Mundo y las sonrisas de los balcones de nuestra calle estrecha y tortuosa de eternos resplandores.

Fuente: LEYENDAS Y TRADICIONES QUITEÑAS – Oswaldo Rivera Villavicencio


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