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QuitoEn360 | 04/05/2021 | 0 Comments

Origen de los Quitos

Según una tradición antigua muy poco conocida, después del Diluvio aportaron algunos indios a la bahía de Caráquez; no se sabe si dirigiéndose a ella deliberadamente, o arrojados contra su voluntad por la fuerza de las corrientes.

Algunos de los recién venidos se establecieron en la punta de Sampu, que hoy se llama de Santa Helena; el jefe de ellos era un cacique apellidado Tumbe o Tumba, cuyo gobierno, a lo que se dice, hizo prosperar la colonia.

Andando el tiempo, como la colonia se hubiese aumentado mucho, Tumba creyó oportuno enviar una expedición en busca de nuevas tierras donde poblar: nombró, pues, un jefe y lo mandó que siguiese el rumbo hacia el Sur; con lo cual la nueva colonia fue a establecerse en tierras del Perú.

Mas Tumba murió sin saber nada acerca de ella, porque ninguno volvió a darle noticias, a pesar de habérselo encargado mucho al tiempo de partir.

El cacique Tumba dejó dos hijos varones, el mayor de los cuales se llamaba Quitumbe, y el segundo Otoya: los dos hermanos no tardaron en reñir después de la muerte de su padre, viviendo en grande desconfianza el uno del otro.

Tanto para cumplir las órdenes que el padre les había dado al morir, como para poner término a las desavenencias con su hermano, tornó Quitumbe la resolución de abandonar el país: partió, pues, acompañado de todos los que quisieron seguirle, y fundó una población, a la que, para honrar la memoria de su padre, la llamó Túmbez.

Quitumbe se había desposado con Llira, célebre por su hermosura; mas sucedió que ésta se hallase en cinta al tiempo de la partida de su marido, por lo cual no pudo seguirle. Llira, en ausencia de su esposo, dio a luz un niño, al cual le puso por nombre Guayanay, que quiere decir golondrina.

Guayanay fue el progenitor y padre de quien descendieron más tarde los incas del Perú.

En cuanto a Otoya, se dice que fue muerto por los gigantes, que desembarcaron por aquella misma época en las costas de Manta.

Las crueldades que hacían con los naturales llegaron a oídos de Quitumbe y le inspiraron tanto horror, que salió del pueblo que había fundado y vino a refugiarse en la isla de la Puná, de donde también al fin hubo de emigrar, y subiendo aguas arriba el río Guayas llegó a la meseta interandina y se estableció aquí con los suyos, echando los cimientos de un reino, al cual del nombre de Quitumbe su fundador se le llamó Quito.

Fuente: http://www.cervantesvirtual.com/


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