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QuitoEn360 | 20/07/2021 | 0 Comments

Quinara y el Tesoro Inca

La riqueza escondida en Quinara, actual parroquia rural de la ciudad de Loja, que bajo sus fértiles tierras bañadas por el río Piscobamba, aún posee un misterio sin resolver.

En el año de 1533, la muerte de Atahualpa, dejó huellas imborrables en la cultura andina, además, mitos, leyendas y por supuesto tesoros escondidos en lugares secretos.

Siete guandos de oro, llevados por miles de hombres comandados por el Capitán Quinara que, al saber de la muerte del soberano Inca, deciden enterrar el metal que fuese parte del rescate de Atahualpa

Cuando fallece el monarca Inca, sus tropas fueron perseguidas, los más aguerridos pelearon hasta su muerte, mientras que otros, se rindieron, para formar parte de la nueva “era”.

Es así que uno de aquellos que transportaban el oro del rescate, ingresó a un convento en la ciudad de Lima, donde fue catequizado y nuevamente educado; en su lecho de muerte y en gratitud al buen trato recibido, describió el lugar exacto del tesoro escondido.

Con los detalles de la ubicación exacta, decenas de expediciones se armaron en búsqueda del tesoro, todas fracasaron, sin embargo, en el siglo XVIII y por fuerza de la naturaleza, parte del tesoro fue revelado, del cual se pagó el porcentaje respectivo al estado; sin embargo, lo encontrado fue una ínfima cantidad de los siete guandos de oro.

Huecos, picotas, guajalanches, piedras perfectamente labradas, un mascarón y la quipa, eran las señales que indicaban el depósito del tesoro; los buscadores encontraron todo lo mencionado

La línea imaginaria trazada por la posición original de la cara tallada, hasta escuchar el más leve sonido de la quipa, jamás se siguió. La ambición pudo más que la razón.

Fuente: travesuraalsur


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